Sensual Home
“Algunas personas piensan que el diseño de interiores es algo visual. Debe ser muy divertido comprar muebles me dijo alguien una vez. Pero yo lo veo diferente. Pasamos el 87% de nuestras vidas dentro de edificios. Cómo están diseñados afecta muchísimo cómo nos sentimos y cómo nos comportamos. El diseño no es algo solamente visual. Es un proceso racional. Es una habilidad. Finalmente, el diseño es una herramienta para mejorar nuestra humanidad. Es el marco de la vida.”
Hace doce años empecé a transitar el camino de esta maravillosa profesión. Y, todavía, me suelen preguntar ¿Haces diseño de interiores? ¿De qué se trata? Y, no es casualidad. El diseño de interiores como carrera es relativamente nueva. Sobre todo, si la comparamos con las más tradicionales como por ejemplo medicina o arquitectura. Es un derivado de la vida en las grandes ciudades.
Antiguamente, los interiores reflejaban cierta ostentación. Una manera de demostrar el estatus social y lo “a la moda” primaba muchas veces sobre lo práctico o eficiente. Hoy en día, es una disciplina cuyo principal propósito es mejorar la calidad de vida de las personas. Apelando a la experiencia que tenemos dentro de los espacios como un derivado del estímulo a conciencia de los sentidos (vista, tacto, olfato, oído).
“Los materiales siempre dicen la verdad. Hay que dejarlos hablar.”
No solo cuentan la historia y el uso del espacio donde están colocados, sino que también son los interlocutores directos del mensaje que queremos transmitir. Confort, delicadeza, rusticidad, relax, sobriedad, etc.
“El lujo es atención y cuidado. Es hacer lo ordinario extraordinario.”
No se trata de ostentación o del uso de los materiales más costosos. Sino de la atención correcta dirigida a la eficiencia del espacio y su disfrute.
Ilse Crawford. Diseñadora de Interiores.
Fotografía
David-Gandy-by-Arnaldo-Anaya