A Juan Guillén crea un original trabajo como artesano murciano, dedicado durante muchos años a la logística y que vio la oportunidad de potenciar su vena creativa cuando llegó la crisis del 2011. Pendientes, colgantes, broches… con aires de fondos marinos, pero con la cosmología como fuente de inspiración.
“Nunca hago bocetos previos, me dejo llevar por lo que surge. En la cerámica siempre hay un punto impredecible, sobre todo cuando estás en el horno. Es un componente mágico, misterioso, de a ver qué va a pasar. El creativo nunca tiene la sensación de estar creando; es como si estuviera pescando. Pero, sí, la inspiración te tiene que pillar trabajando, porque aparece cuando menos te lo esperas. Soy un apasionado de la cosmología y la debo llevar en el subconsciente porque todas mis piezas tienen un componente galáctico”.
“Me da rubor decir que soy ceramista porque lo mío es modelarla y sacarle partido. Lo que realmente soy es artesano. Cuando estaba buscando un nombre para mi firma hablé con una amiga profesora de Latín. Le pedí un sinónimo de artesano, que es una palabra que me gusta mucho, y entonces surgió operatum, que viene a significar hacedor”. Juan dice que la artesanía es una tendencia en la actualidad, quizás por el exceso de manufactura industrial barata. “Ahora se busca la pieza única y se valora el trabajo hecho a mano”.